La gracia diversa de Dios

gracia de dios matrimonio hombre mujer estilo de vidaLa palabra “gracia” tiene un gran valor en los círculos cristianos. Por eso es importante pensar en su verdadero significado. Comprender la gracia es un gran desafío, no porque sea poco claro o difícil de comprender, sino por su inmenso alcance. La palabra “gracia” se deriva de la palabra griega “charis” y, en términos cristianos, describe el favor o la buena voluntad inmerecidos que Dios muestra a las personas. La gracia de Dios es don y respuesta a la condición humana. La gracia es el amor incondicional y perfecto de Dios por nosotros, a través del cual nos acepta y nos integra en su vida. El amor de Dios forma el fundamento de todas sus acciones hacia nosotros. «El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor" (1. Juan 4,8 Biblia del carnicero).

Nuestro Dios misericordioso ha elegido amarnos independientemente de nuestras acciones o inacciones. Ágape representa el amor incondicional, y la gracia es la expresión de ese amor que se otorga a la humanidad, ya sea que lo reconozcamos, creamos en él o lo aceptemos. Cuando nos demos cuenta de esto, nuestra vida cambiará: «¿O menospreciáis las riquezas de su bondad, de su paciencia y de su paciencia? ¿No sabes que la bondad de Dios te lleva al arrepentimiento?” (Romanos 2,4).

Si la gracia tuviera un rostro, sería el de Jesucristo. Porque en él encontramos la verdadera gracia que vive en nosotros y por la cual existimos. Como declaró vívidamente el apóstol Pablo: “Vivo yo, pero no yo, sino que Cristo vive en mí” (Gálatas 2,20).

Vivir una vida de gracia significa confiar en que Dios está de nuestro lado y cumplir Su plan para nosotros a través del poder del Espíritu de Cristo que mora en nosotros. El apóstol Pedro habló de la multiforme gracia de Dios: “Y servíos unos a otros, cada uno con el don que ha recibido, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable como palabra de Dios; Si alguno sirve, que lo haga con el poder que Dios le da, para que en todo sea Dios glorificado por medio de Jesucristo" (1. Pedro 4,10-11).
La gracia de Dios es como un diamante con muchas facetas: vista desde cierto ángulo, revela una belleza única. Si lo giras, revela otra cara igualmente impresionante.

La gracia como estilo de vida

Nuestra fe en Dios y su gracia influye profundamente en cómo nos percibimos a nosotros mismos y cómo nos comportamos con los demás. Cuanto más nos demos cuenta de que Dios es un Dios de amor y gracia y que Él nos da este amor y gracia a través de Su Hijo Jesucristo, más seremos transformados y cambiados. De esta manera seremos cada vez más capaces de compartir el amor y la gracia de Dios con los demás: "Sírvanse unos a otros, cada uno según el don que ha recibido, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios" (1 Pedro 4,10).

La gracia cambia nuestra perspectiva de Dios. Entendemos que él está de nuestro lado. Cambia la forma en que nos vemos a nosotros mismos, no en función de lo buenos que somos, sino de lo bueno que es Dios. Finalmente, la gracia influye en cómo tratamos a otras personas: “Sed entre vosotros tal sentimiento, como conviene a la comunión con Cristo Jesús” (Filipenses 2,5). Mientras caminamos juntos por este camino, debemos abrazar la rica y variada gracia de Dios y crecer en su amor siempre renovado.

por Barry Robinson


Más artículos sobre la gracia de Dios:

Gracia al mejor maestro   Mantente enfocado en la gracia de Dios