Esta terminado

747 esta terminado"Consumado es" fue el grito final cuando Jesús murió en la cruz. Ahora me pregunto: ¿Qué está terminado? Jesús vivió treinta y tres años ya lo largo de su vida siempre hizo perfectamente la voluntad de su Padre. La comisión divina fue llegar a sus discípulos ya todo el pueblo con el amor de Dios para que todos pudieran vivir en una relación personal con Dios. ¿Cómo es esto posible? Jesús sirvió a la gente en palabra y obra y en amor. Sin embargo, dado que todas las personas pecan, era necesario que Jesús se ofreciera como sacrificio expiatorio por nosotros, cargando con toda la culpa. Jesús, el Hijo de Dios, fue traicionado, arrestado, vilipendiado por las autoridades y el pueblo, flagelado, coronado de espinas, burlado y escupido. Cuando sonó la demanda a Poncio Pilato: ¡Crucifícale! Crucifícalo, Jesús fue condenado a muerte inocente y crucificado. Una oscuridad se apoderó de la tierra. Esta es probablemente una señal cósmica del juicio de Dios sobre el pecado y el pueblo que rechazó a su Mesías, el mensajero de Dios que tomó el pecado sobre sí mismo. Jesús colgó en la cruz con un dolor indecible, sufriendo, sediento y cargado con los pecados de todas las personas. Jesús pronunció siete frases que nos han sido transmitidas.

Jesús fue Señor de su vida en cada momento de su pasión. Confió en su padre incluso en la hora de su muerte. Jesús murió por nosotros como el mayor pecador. Así que su padre tuvo que dejarlo solo. Jesús clamó: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Marcos 15,34). Con estas palabras "Dios mío, Dios mío" Jesús expresó su confianza inquebrantable en su padre, el amoroso Abba, como solía dirigirse a él en todas sus oraciones.

El amor inquebrantable del Padre y del Hijo desafía la lógica humana en este punto. Lo que pasó en la cruz no se puede entender con la sabiduría de este mundo. El Espíritu Santo, gracias a la mente de Cristo, nos conduce a las profundidades de la Deidad. Para entender esto, Dios nos da su fe.
Jesús murió abandonado por Dios para que su pueblo pudiera invocar a este Dios y Padre y nunca fuera abandonado por él. Él dijo: "¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!" (Lucas 23,46), seguro de que él y el Padre son siempre uno. El apóstol Juan da testimonio de las palabras de Jesús, que resonaron en la oscuridad: "Consumado es" (Juan 19,30).

La obra de redención de Jesucristo ha terminado. Nuestra liberación del pecado y la muerte es completa. Jesús pagó el precio divino por nosotros. Según la ley, el pecado es la paga, la muerte se paga en Jesús. La dádiva de Dios es la vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (de Romanos 6,23). Lo que a los ignorantes les pareció el fracaso de Jesús en la cruz, en realidad es Su victoria. Él venció la muerte y ahora nos ofrece la vida eterna. En el amor victorioso de Jesús

por Toni Püntener