Jesús: la verdad personificada

Jesús la verdad personificada.¿Alguna vez te has visto en la situación de tener que describir a alguien que conoces y te ha costado encontrar las palabras adecuadas? A veces nos resulta difícil expresar con precisión las características de amigos o conocidos. En contraste, Jesús no tuvo dificultad en describirse claramente a sí mismo. Poco antes de morir, Jesús habla a Tomás: «Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí" (Juan 14,6).
Jesús dice inequívocamente: «Yo soy la verdad». La verdad no es una idea o principio abstracto. La verdad es una persona y esa persona soy yo. Una afirmación tan importante nos desafía a tomar una decisión. Si creemos en Jesús, entonces debemos creer todas sus palabras. Sin embargo, si no le creemos, entonces todo es inútil y tampoco podemos creer sus otras declaraciones. No hay pesaje. O Jesús es la verdad personificada y habla la verdad, o ambas cosas son falsas. Ahora veamos tres aspectos de la Biblia que nos ayudarán a entender mejor esta declaración.

la verdad libera

Jesús dijo: "...y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Juan 8,32). La verdad que Jesús encarna tiene el poder de liberarnos del pecado, la culpa y el fracaso. El Apóstol Pablo nos recuerda: "¡Cristo nos ha hecho libres para la libertad!" (Gálatas 5,1). Nos permite vivir una vida de libertad y amor.

La verdad nos lleva a Dios

Jesús enfatizó que él es el único camino al Padre: «Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí" (Jn. 14,6). En un mundo de diversas creencias e ideologías, es importante recordar esta verdad central. Jesús es el camino que nos lleva a Dios.

La verdad nos llena de vida

Jesús ofrece una vida de abundancia, una vida llena de alegría, paz y amor. Jesús le habla a Marta: «Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá aunque muera; y el que vive y cree en mí, no morirá jamás" (Juan 11,25-26). Este pasaje muestra que Jesús es vida en el sentido de eterna redención y vida eterna. Al creer en Jesús, los creyentes obtienen la promesa de la vida eterna. Esto nos afecta porque hay esperanza y consuelo en los momentos de dolor y muerte. La vida eterna se da sólo a través de Jesucristo: «Este es el testimonio: Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. El que tiene al hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida” (Juan 5,11-12).

La vida eterna se da solo a través de Jesucristo: cuando aceptamos a Jesús como nuestro Salvador, recibimos esta vida eterna. Esto afecta nuestra actitud ante la muerte y la vida después de la muerte: nos da la certeza de la vida después de la muerte y nos motiva a vivir nuestra vida presente a la luz de esta perspectiva eterna.

Que siempre recordéis que Jesús es la verdad y que por él tenéis acceso a una vida de libertad y de amor. Que decidas abrirte a esta verdad, crecer en ella y expresar la verdad liberadora de Jesucristo en tu vida diaria y en el trato con los que te rodean.

por Joseph Tkach


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