Vida por el Espíritu de Dios

Vida por el Espíritu de DiosNo encontramos la victoria en nosotros mismos, sino en el Espíritu Santo que habita en nosotros. Pablo lo explica así en su carta a los Romanos: “Vosotros no sois carnales, sino espirituales, ya que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Pero el que no tiene el Espíritu de Cristo no es suyo. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el espíritu vive a causa de la justicia. Pero si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros” (Romanos 8,9-11). Después de explicar a los cristianos romanos que "no son carnales" sino "espirituales", Pablo revela cinco aspectos centrales de su fe y también de la nuestra. Son los siguientes:

morada del Espíritu Santo

El primer aspecto enfatiza la presencia permanente del Espíritu Santo en los creyentes (versículo 9). Pablo escribe que el Espíritu de Dios mora en nosotros y ha encontrado su hogar en nosotros. El Espíritu de Dios mora en nosotros, no pasa. Esta presencia constante es una parte esencial de nuestro cristianismo, ya que muestra que el Espíritu no solo está trabajando en nosotros temporalmente, sino que realmente se posa en nosotros y nos acompaña en nuestro camino de fe.

vida en espiritu

El segundo aspecto se relaciona con vivir en el Espíritu y no en la carne (versículo 9). Esto significa que nos dejamos guiar e influenciar por el Espíritu Santo para que sea la influencia decisiva en nuestras vidas. A través de esta unión íntima con el Espíritu, somos transformados a medida que Él despliega en nosotros un corazón y un espíritu nuevos como Jesús. Este aspecto muestra que el verdadero cristianismo significa una vida regida y guiada por el Espíritu Santo.

perteneciente a Cristo

El tercer aspecto enfatiza la pertenencia del creyente a Cristo (v. 9). Cuando tenemos el Espíritu de Cristo dentro de nosotros, le pertenecemos a Él y debemos contarnos como Sus amadas posesiones. Esto subraya la estrecha relación que tenemos como cristianos con Jesús y nos recuerda que fuimos comprados por Su sangre. Nuestro valor a Sus ojos es inconmensurable, y esta apreciación debe fortalecernos y alentarnos en nuestra vida de fe.

Vitalidad espiritual y rectitud

El cuarto aspecto se relaciona con la vitalidad espiritual y la justicia que se nos da como cristianos (versículo 10). Aunque nuestros cuerpos son mortales y están condenados a morir, ahora podemos estar vivos espiritualmente porque el don de la justicia es nuestro y la presencia de Cristo está obrando en nosotros. Esta vitalidad espiritual es fundamental para ser cristiano y muestra que estamos vivos en Cristo Jesús por el Espíritu.

seguridad de la resurrección

El quinto y último aspecto es la seguridad de nuestra resurrección (versículo 11). Pablo nos asegura que la resurrección de nuestros cuerpos mortales es tan cierta como la resurrección de Jesús porque el Espíritu que lo levantó de entre los muertos mora en nosotros. Esta seguridad nos da esperanza y confianza de que un día resucitaremos y estaremos con Dios para siempre. Así el espíritu mora en nosotros; estamos bajo la influencia del Espíritu; pertenecemos a Cristo; estamos vivos espiritualmente por la justicia y la presencia de Cristo, y nuestros cuerpos mortales resucitan. Qué maravillosos tesoros trae el espíritu para que pensemos y disfrutemos. Nos ofrecen completa seguridad y absoluta certeza, tanto en la vida como en la muerte.

Como cristianos estamos llamados a ser conscientes de estos aspectos ya vivirlos en nuestra vida cotidiana para vivir en íntima comunión con Dios y cumplir nuestra vocación como sus hijos amados.

por Barry Robinson


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