¡Ven y mira!

709 ven y miraEstas palabras nos invitan a acercarnos a Jesús para experimentar su forma de vida. Con su amor y compasión nos permite tener una relación íntima con él. ¡Confiemos en él y dejemos que cambie nuestras vidas a través de su presencia!

Al día siguiente, después de que Jesús fue bautizado por Juan el Bautista, se paró con dos de sus discípulos y vio a Jesús pasar. Él dijo: "¡He aquí el Cordero de Dios!" Los dos oyeron hablar a Jesús y lo siguieron de inmediato. Se volvió y les habló: ¿Qué buscáis? Le hicieron una contrapregunta: Maestro, ¿dónde vive? Él respondió: "¡Ven y mira!" (de Juan 1,35 – 49) A través de esta petición, Jesús da acceso a los buscadores a su reino y está listo para venir y verse a sí mismo.

Pensar en esta llamada debe convertirse en un estímulo para nuestra vida práctica. Mirar a Jesús es lo que llama la atención. Contemplar su persona y su forma de vivir llenó el corazón de Juan, de dos de sus discípulos y de todos los que miran a Jesús hasta el día de hoy. Los primeros discípulos que siguieron a Jesús como su Maestro fueron Juan el Apóstol y Andrés. Se habían dado cuenta de lo que la persona de Jesús significaba para ellos, así que querían saber más sobre él y ver lo que estaba haciendo.

¿Qué buscan las personas en Jesús? Vivir con Jesús crea una comunión personal con él. Una discusión puramente teórica sobre cuestiones de fe no lleva a nadie a ninguna parte, por lo que Jesús invita a todas las personas a venir a verlo y experimentarlo.

Poco tiempo después, el discípulo Felipe se encuentra con su amigo Natanael. Con entusiasmo le habló de su nueva amistad con Jesús y que él era el hijo prometido de José de Nazaret. Natanael comentó críticamente: "¿Pueden salir cosas buenas de Galilea?" Felipe, inseguro de cómo calmar las preocupaciones de Natanael, le dijo las mismas palabras que el Señor había dicho a los dos discípulos: "¡Ven y mira!" Felipe era tan digno de confianza a los ojos de su amigo que buscó a Jesús y, gracias a su experiencia con Jesús, confesó: "¡Tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel!" Estas palabras nos animan a prestarles atención incluso en momentos y circunstancias difíciles.

Las dos hermanas Marta y María lloraron la muerte de su hermano Lázaro. Eran amigos de Jesús. En su dolor les preguntó: ¿Dónde lo pusisteis, y recibió la respuesta: "¡Pasad y ved!" Podrían llamar a Jesús con confianza a su comunidad sabiendo que Jesús siempre está listo para venir y ver. En el amor de Jesús: "¡Ven y mira!"

Toni Püntener