El grano de trigo

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Querido lector

Es verano Mis ojos barren un amplio campo de maíz. Las espigas maduran a la luz del sol y pronto están listas para la cosecha. El granjero espera pacientemente hasta que pueda traer su cosecha.

Mientras Jesús caminaba por un campo de maíz con sus discípulos, ellos arrancaron mazorcas de maíz, las machacaron en sus manos y saciaron su mayor hambre con los granos. ¡Es asombroso lo que pueden hacer unos pocos granos! Jesús dijo más tarde a los apóstoles: "La mies es mucha, pero los obreros pocos" (Mateo 9,37 NGÜ).

Usted, querido lector, mire conmigo al campo de maíz y sepa que hay una gran cosecha, que está asociada con mucho trabajo. Me gustaría animarte a que creas que eres un trabajador valioso en la cosecha de Dios y al mismo tiempo perteneces a la cosecha. Tienen la oportunidad de orar por los trabajadores y de tener éxito, así como de servirse a sí mismos. Si le gusta Focus Jesus, regale esta revista a una persona interesada o suscríbase. Para que ella pueda participar en los placeres que te inspiran. Realiza tu misión con amor incondicional y sigue los pasos de Jesús. Jesús, el pan vivo del cielo, satisface el hambre de todo hombre sin pan.

El agricultor de cereales es el dueño de toda la cosecha y determina el momento adecuado para ello. Un grano de trigo -podemos compararnos con él- cae al suelo y muere. Pero no ha terminado. De un solo grano crece una nueva espiga que da mucho fruto. “El que ama su vida, la pierde; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará” (Juan 12,25).

Con esta perspectiva, ciertamente miras a Jesús, quien te ha precedido hasta la muerte. A través de su resurrección te da en su gracia la nueva vida.

Recientemente, celebramos Pentecostés, el primer festival de la cosecha. Esta fiesta da testimonio del derramamiento del Espíritu Santo sobre los creyentes. Como los hombres y mujeres de ese tiempo, podemos proclamar hoy que cualquiera que crea en el Jesús resucitado, el Hijo de Dios, como su Redentor es parte de esa primera cosecha.

Toni Püntener


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