La iglesia

086 la iglesiaUn hermoso cuadro bíblico habla de la Iglesia como la esposa de Cristo. Esto se alude a través del simbolismo en varias escrituras, incluido el Cantar de los Cantares. Un punto clave es el Cantar de los Cantares 2,10-16, donde el amante de la novia dice que su invierno ha terminado y ahora ha llegado el momento del canto y la alegría (ver también Hebreos 2,12), y también donde la novia dice: “Mi amiga es mía y yo soy suya” (St. 2,16). La Iglesia pertenece a Cristo, tanto individual como colectivamente, y él pertenece a la Iglesia.

Cristo es el Esposo, que "amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella" para que "sea una iglesia gloriosa, que no tenga mancha ni arruga ni cosa semejante" (Efesios 5,27). Esta relación, dice Pablo, "es un gran misterio, pero yo lo aplico a Cristo y a la iglesia" (Efesios 5,32).

Juan retoma este tema en el libro de Apocalipsis. El Cristo triunfante, el Cordero de Dios, se casa con la Esposa, la Iglesia (Apocalipsis 19,6-9; 21,9-10), y juntos proclaman las palabras de vida (Apocalipsis 2 Cor.1,17).

Hay metáforas e imágenes adicionales que se utilizan para describir la iglesia. La Iglesia es el rebaño que necesita Pastores cariñosos que modelen su cuidado según el ejemplo de Cristo (1. Pedro 5,1-4); es un campo donde se necesitan trabajadores para plantar y regar (1. Corintios 3,6-9); la iglesia y sus miembros son como pámpanos de vid (Juan 15,5); la iglesia es como un olivo (Romanos 11,17-24).

Como reflejo de los reinos de Dios presentes y futuros, la iglesia es como una semilla de mostaza que crece hasta convertirse en un árbol en el que se refugian las aves del cielo.3,18-19); y como levadura que se abre paso a través de la masa del mundo (Lucas 13,21), etc.

La iglesia es el cuerpo de Cristo y se compone de todos aquellos reconocidos por Dios como miembros de las "congregaciones de los santos" (1. Corintios 14,33). Esto es importante para el creyente porque la participación en la iglesia es el medio por el cual el Padre nos guarda y nos sostiene hasta el regreso de Jesucristo.

por James Henderson