El renacimiento espiritual

812 el renacimiento espiritualEn el corazón de la fe cristiana se encuentra el renacimiento, una profunda realidad espiritual. Jesús responde una pregunta que Nicodemo ni siquiera hizo. Reconoció lo que había en el corazón de Nicodemo y abordó el núcleo mismo de su problema: la necesidad de un cambio espiritual y un renacimiento por el Espíritu Santo: "El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de la venida de Dios. Todo lo que nace de la carne, carne es; y todo lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es" (Juan 3,5-6).

Pedro refuerza esta verdad en sus cartas dirigiéndola a las comunidades que sufren persecución a causa de su fe en Jesucristo. Por lo tanto, el renacimiento es un proceso doble: un nuevo comienzo en el espíritu y un abandono de la vieja vida mundana. Pedro destaca esta realidad espiritual animando a los creyentes a no añorar su existencia anterior. Destaca el significado del renacimiento con las palabras: "Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su gran misericordia nos ha engendrado de nuevo para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, incorruptible e inmaculado". y eso no se desvanece la herencia» (1. Pedro 1,3-5).

Estos versículos dejan claro que nacer de nuevo nos da una esperanza viva: una vida marcada por la resurrección de Jesús de entre los muertos. Es una salida de la antigua existencia, simbolizada por la muerte, y una entrada a una vida completamente nueva. Un recién nacido no puede seguir viviendo en el útero; esta idea es absurda.

Para los cristianos, el renacimiento espiritual significa también una lucha constante contra las tentaciones y los pecados. Una sociedad hostil refuerza esta lucha, haciéndonos a menudo sentirnos extraños en el mundo. Nacer de nuevo es nacer en algo, en una esperanza viva. También incluye nacer de algo: de entre los muertos. Al igual que un bebé recién nacido, la nueva vida que tendrá después del nacimiento será completamente diferente a la vida que tuvo en el útero. ¿Te imaginas a un bebé intentando vivir como si todavía estuviera en el útero? Eso sería una tontería. Esto no enfatiza nuestra falta de hogar, sino que confirma nuestra pertenencia a nuestro Padre Celestial y a nuestra nueva familia en la fe. La vida que ahora llevamos en libertad y luz no tiene precio en comparación con nuestra existencia anterior y limitada.

Querido lector, si a veces te sientes extraño en este mundo, no te desanimes, aférrate a la esperanza. El renacimiento espiritual es una parte fundamental de nuestro camino de fe. Crezcamos juntos en esta confianza y celebremos la esperanza abrumadora que tenemos a través de Jesucristo.

de greg williams


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